Hace
un año, fui una hormiga en la Plaza. El cielo se tiño de naranja cuando
empezaste a hablar y el silencio, profundo como un sueño dentro de otro
sueño, se hizo escuchar. Vi llorar a un hombre mayor que consolaba a
los más jóvenes diciéndoles que iban a tener otra oportunidad. Vi
banderas te todos los colores y, cerca de la parada del subte, una chica
me preguntó “de cuándo” era K. Hace un año, cuando ya oscurecía y el
eco de tu voz amplificada (desde algún lugar que no logré identificar)
dejaba de escucharse, entendí que la épica se construye casi por
casualidad. Entonces, esa plaza empezó a desarmarse. Mientras
caminábamos desperdigados por Diagonal Sur imagine que un gran pie se
había hundido en nuestra montaña de tierra.
viernes, 9 de diciembre de 2016
miércoles, 2 de noviembre de 2016
Instante
El miedo le sube desde la panza como un hipo. Casi las doce.
Enfrente, la luz tenue del piso once aún está encendida y en la
mesa, imagina, que un plato sucio, con una cáscara de manzana en espiral, es la
única huella de que aún hay historia. En su terraza, no vuela una mosca y,
abajo, los autos dejaron de pasar. El domingo agoniza en el resoplo que
practica. Si se tira, ¿todo termina o vuelve a empezar?
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