sábado, 10 de enero de 2015

Casas

La cosa es así. Las casas están pegadas: una tiene tejas y por dentro es luminosa como una iglesia; la otra, es un poco más chica, tiene el techo de chapa y la luz tenue, como de velas. Las personas que las habitan se tratan cordialmente y hasta llegan a ser buenos vecinos, aunque a veces los de la casa de techo de chapa sacan la basura tarde y los otros reniegan porque los perros rompen las bolsas. Una noche, del baile, el hijo mayor que vive en la casa de luz tenue se vuelve con la hija del medio que vive en la de luz blanca. Se despiden a la altura de la medianera. Curiosamente, ella sueña con una cena de velas y él con una mañana de verano.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario